Una crema de calabaza poco habitual, muy sabrosa que se ha convertido en un imprescindible de mi cocina. Es una receta muy sencilla y se puede congelar.
Esta receta la encontré en Cositas Güenas, el blog de Migue Ortells, que tiene algunas cositas muy güenas, vale la pena pasarse por allí. Como es habitual, le he hecho algún cambio para adaptarla a la dieta sin almidón y a mis gustos.
Es sorprendente lo buena que queda. Aromática y saciante, me quedó muy bien acompañada de semillas de calabaza y girasol.
Al final de la página puedes imprimir esta receta.
Ingredientes:
- 500 grs de calabaza asada al punto (al pincharla con un tenedor se deja pero está la carne firme),
- Aceite de oliva
- Una chalota roja
- Un puerro gordito
- Una zanahoria
- Una cucharadita de tomillo seco
- Una cucharadita de curry
- 1 litro de caldo de verduras
Elaboración:
Una vez la calabaza esté asada la dejamos enfriar y la pelamos.
Ponemos a calentar el caldo. Si lo has hecho con concentrado, asegúrate de que esté bien disuelto.
Hacemos un sofrito con al aceite, la chalota y el puerro cortados gruesos. Añadimos al cabo de un par de minutos la zanahoria.
Tras cinco minutos mas añadimos la calabaza, el tomillo y el curry y le damos unas vueltas para que el curry saque sus aromas.
Añadimos el caldo.
Lo dejamos que rompa el hervor y dejamos a fuego medio durante unos 20 minutos y lo trituramos con un procesador.
Servir con un topping de semillas de calabaza y girasol o huevo picadito.
¡Que lo disfrutéis!
Y si te animas a preparar este plato no olvides compartirlo en redes con el hastag #cocinarnoescomplicado.
Más recetas de sopas y cremas aquí